jueves, 3 de abril de 2014

Ave Fénix.

La frustración por lo vivido estos meses y no poder expresar nada me destruyó en menos de una semana. 
Me dejó hecho añicos. 
Perdí la ilusión y la motivación por todo. 
Lo que tanto me costó conseguir durante meses fue tirado por tierra... 


Pero eso ya pasó.
Me aislé un poco del mundo, lo afronté y esperé "mirando" entre mis pensamientos a que la vida me demostrara que aún hay algo que puede hacer que vuelvas a ser el que eras, y así fue.  
Y lo único que me da rabia es que haya tenido que pasar por algo así para volver a poder expresar(me).

Pero (una vez más) resurgí de mis cenizas. 


(...)

Y así fue como el ave Fénix que me acompaña desde Julio me guiñó un ojo.