martes, 7 de enero de 2014

Propósitos despropósitos

Año tras año nos intentamos concienciar a nosotros mismos de que podemos ser mejores en algo siguiendo el mismo proceso: hacemos una lista con cosas que gustarían mejorar pero...  ¿de qué sirve realmente?

El último día del año revisas esa lista y te das cuenta que, como mucho, habrás cumplido la mitad.
Algunos se lo tomarán a broma y se reirán.
Otros (como yo) se lo tomarán demasiado en serio y llegarán a sentirse mal...

Has estado un año sacrificando muchas cosas, dejando de lado muchos caprichos y (¿por qué no decirlo?) sufriendo a ratos para "faltarte" a ti mismo.


Cuando llegas a este punto tienes dos opciones:
Seguir pasándolo mal por cumplir algo que tú mismo te autoexiges aunque no lo necesites
O darte cuenta que te has estado perdiendo otras muchas cosas durante demasiado tiempo y que no merece la pena que una lista siga alejándote de ello...


Yo este año ya he tomado mi decisión.
(...)